ROI: Recupera lo que inviertes

Por Eva Diz
Toma lapiz y papel porque esta semana toca hablar de ROI… ¿ROI? Sí. En Galicia, Roi es un nombre de chico pero, mal que me pese, hoy no hemos venido a hablar de hombres, sino de números (sí, a veces son igual de complicados… y de importantes ;-P ). Después de varias semanas embarcado en esa ardua tarea de hacer branding personal a través de la red, seguro que empiezas a preguntarte cuándo vas a ver los efectos positivos de tanto esfuerzo y de qué modo los vas a obtener: Dinero, prestigio, un puesto de dirección en una gran empresa, miles de fans…

Una de las ventajas de Internet es que todas las acciones (o casi todas) que se desarrollan en la red te permiten medir sus resultados y cuantificar su valor. Así que, es natural que todo el mundo que realiza en la red acciones orientadas a conseguir algo concreto (empresa o individuo) se pregunte si lo está consiguiendo, si su esfuerzo y dedicación merecen la pena. ¿Cómo recuperar lo que inviertes? ¿Cómo rentabilizar el tiempo que dedicas a tu blog, a tus redes sociales, a leer, a estudiar…?

La clave es el ROI, Return of Investment, es esa pequeña o gran recompensa que nos queda después de haber hecho un negocio/campaña/etc. Se trata de un concepto empresarial que ha sido rápidamente adoptado por los especialistas en marketing  y que nos permite comprobar si realmente ese esfuerzo económico o de trabajo que hacemos para algo vale la pena o no. La fórmula es muy básica: (Beneficios – inversión)/inversión x 100

Retorno de la inversión online

 

Si tienes una empresa que vende directamente por Internet, te será muy fácil calcular el ROI que te puede suponer una campaña de publicidad en Facebook Ads o en Adwords. Basta con aplicar esa fórmula y obtendrás la cantidad de euros que recibes por cada euro invertido. Pero es cierto que no todo es tan fácil de medir como una venta directa. Hay cosas que, de entrada, no tienen un precio definido o que, simplemente, son muy complicadas de cuantificar.

Por ejemplo, el branding personal. Tu reputación online, esa que llevas trabajando y cuidando en los últimos meses manteniendo al día tu blog, tu LinkedIn, cultivando tus mejores tweets, compartiendo enlaces de calidad… Detrás de cada una de esas acciones hay un tiempo importante, una inversión que debería tener sus resultados. Aunque lo más probable es que el resultado no sean mil euros al mes, decenas de clientes para tu empresa o el trabajo de tu vida, sí podemos ver pequeños «retornos» de esa inversión que nos animarán a seguir adelante.

Lo primero es analizar qué acciones tienen valor para ti: Que la gente lea tu blog, que la gente comente, que comparta tu contenido en su Facebook, que te mencione en Twitter como alguien que sabe de tal o cual tema, que te escriban un email invitándote a participar en una charla sobre tu especialidad o conocimientos, que hagan «me gusta» en lo que tú compartes en Facebook, que te pidan un presupuesto de tu servicio… ¡Mil cosas! Todo puede ser positivo (igual que también hay acciones negativas que debemos controlar) y medible. Para ello, adjudica a cada una de esas cosas que para ti son importantes un «precio» (lo que se llama valor de conversión), desde luego no es lo mismo una visita al blog que una visita que deja un comentario… Una vez que tengas todo con su valor, toma los datos de los que partes, haz unas tablas con los conceptos que vigilarás, los valores que tiene cada uno, las cifras de las que partes (pej: si ya tienes una media de 10 menciones al día en Twitter), apúntalo todo y revísalo periódicamente.

Prueba a diseñar para x días una pequeña campaña orientada a mejorar tu reputación online: Márcate una estrategia y un plan de contenidos y lánzate. Genera más contenido, haz textos más llamativos, apuesta por el vídeo, dedica más horas a conversar en Twitter… Y ponle un precio a tu hora de trabajo. Cuenta cada hora que dediques a la campaña y la suma de todas ellas será tu inversión (junto con la suma de todos los costes añadidos que tengas, si te haces una cuenta PRO de Hootsuite para manejar mejor tus redes, si compras una Easypromo para sortear un libro interesante entre tus seguidores… Todo). Cuando termine el período marcado observa tu inversión y los conceptos que tienes controlados.

Quizás tu ROI todavía sea negativo y hayas invertido más de lo que has recibido. Pero no desesperes, en cuestiones de branding los efectos no son siempre inmediatos, se trata de un proceso que requiere un tiempo de reposo para que tu imagen cale en la mente de la gente que te interese. No obstante, seguro que ya en esas pocas semanas habrás notado que tus acciones dan sus frutos y que tu inversión de tiempo va mereciendo la pena. Si no es así y con el tiempo sigues sin obtener un buen ROI, revisa tu estrategia, tus planes de contenido, optimiza el tiempo que dedicas porque algo está fallando y… el ROI no engaña 😉