El inmovilismo de los medios

Por Eva Diz
Antes era suscriptora de dos periódicos, ahora leo mi Google Reader. Sí lo confieso sin sonrojo. Antes llegaban a la puerta de mi casa dos periódicos, uno local y otro nacional, en papel, recién salidos de imprenta y con páginas y páginas en las que invertir al menos una buena hora cada mañana.

Poco a poco, fueron adelgazando, ofreciendo poca o ninguna información que no hubiera leído el día anterior en Internet. Empezaron a fallar en los contenidos: carencia de análisis, datos sin sopesar ni digerir, periodismo de declaraciones e insultos, temas manidos, demasiado pegados a la agenda diaria marcada por políticos e instituciones, ausencia de historias humanas, noticias planas… Y malas noticias. Solo malas noticias.

Periodismo-RamonetFallaron (y fallan) en lo básico, y también en las entregas: imagínate que pagas la suscripción a un periódico y, domingo tras domingo, nunca te llegan los suplementos. Imagina que te quejas y te dicen que lo van a arreglar. Imagina que les das una oportunidad… Y nada cambia. Solo que además, de cuando en cuando, no es que no te lleguen los suplementos, es que el periódico no llega o es que si llega no trae nada de interés que merezca la pena el pago que haces (en mi época, eran unos 400 euros al año).

Pues bien. Soy periodista, a mi casa ya solo llega un periódico en papel (local) y no trabajo en ningún medio porque el mercado está como está (o como han dejado algunos que esté). Nadie paga por algo que no cumple sus expectativas, nadie paga por algo que no vale lo que cuesta. Y menos por algo que puede leer en Internet casi al mismo tiempo que sucede. ¿Es injusto? Puede. ¿Internet es la muerte del periodismo? No lo creo en absoluto.

Datos Periodismo DigitalLo que trato de decir es que los tiempos cambian… pero los medios (los de siempre) no. Mis necesidades informativas son otras muy distintas a las que tenía hace 5 años, en un mundo muy distinto al que existía hace 5 años. Y ante esto, no vale llorar por la bajada de beneficios, hacer EREs en las plantillas, recortar salarios hasta dejarlos exiguos, pretender que los periodistas trabajen 24/7 y que no bajen un ápice su calidad, abrazar la autocensura, rendirse a sus intereses políticos/económicos… No sé cuál puede ser la mejor solución para mantener a salvo a la prensa pero, desde luego, no creo que sea aceptar o defender el inmovilismo de los medios.

La prensa tiene que enfrentarse a un cambio, a una revolución, pero reducir costes e inversión no es la vía para hacerlo. Cierto, estamos en crisis. Todos estamos en crisis. Pero para salir de ella no basta quedarse en casa haciendo lo que siempre hemos hecho, ganemos o no algo con ello. Donde ahora hay pérdidas, antes hubo beneficios. Y no, los periodistas -al menos la gran mayoría- no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades… Porque nuestras «posibilidades» nunca fueron muy altas. Es una cuestión de valentía. De saber (y querer) empezar de cero.

Pero los que mandan actualmente en los medios de comunicación parece que ya no creen en el negocio y han preferido invertir sus ganancias en otras cosas. Algunas con más y otras con menos éxito, pero desde luego, solo los «locos» parecen querer invertir en la prensa. Y así es muy difícil ganar batallas.

Pero algunas se ganan. Y, como mínimo,  merece la pena intentarlo. Hay pequeñas batallas que, al menos a mí, me parecen grandes victorias porque representan la luz al final del túnel, aunque esta sea tenue y parpadeante. Os dejo algunos artículos que hablan de esta nueva línea de publicaciones que están sabiendo abrirse camino en la era de Internet en España. No sé si éste es el camino final por el que acabará yendo el periodismo… Pero se le parece.