Por Eva Diz
El SEO social es la nueva forma de hacer SEO. Es la vida online después de Google Panda. La nueva piedra angular para ser visto y leído en Internet. Y algo más: La mejor forma de labrarte una buena reputación en la red. La llegada de Google Panda ha sido una puñeta para muchos sitios web y para muchos SEO, pero también será la luz al final del túnel para muchos de los que nos dedicamos al ingrato mundo del periodismo y demás profesionales de la información. Como os comentaba en los dos post anteriores (SEO para periodistas I y SEO para periodistas II) ahora es nuestro momento.
La profesión de SEO, como señala Mari-Carmen Marcos -una de mis profesoras del máster en buscadores de la Pompeu-, es muy joven, al igual que es joven la web 2.0, que ahora nos suena ya casi a pasado. En sus escasos años de vida, no ha parado de sufrir constantes cambios. La mayoría de ellos fruto de las malas prácticas (BlackHat SEO) a las que nuestra naturaleza humana siempre acaba por tender: Google hace la ley y algunos SEO hacen la trampa. De modo que, Google continúa poniendo cada vez reglas más estrictas, para evitar que los listos de turno se aprovechen de cualquier rendija para colar en los resultados una web que no se parece en nada a lo que estabas buscando.
Panda es la última ley de Google y es una ley difícilmente corruptible: Es la ley de la calidad, la exclusividad, la relevancia, la confianza y la credibilidad del contenido. De nada vale que tengas tu web perfectamente optimizada, con tu código correcto, tus meta etiquetas medidas al dedillo, tus keywords colocadas cuanto más arriba y a la izquierda mejor… si tus textos no son originales, interesantes, útiles y susceptibles de ser compartidos en redes sociales por tus visitas.
Se acabaron los post de 300 palabras a 0,70 céntimos que demandan todavía algunos seres y empresas patéticas por la red. #Gratisnotrabajo. Gracias Google: Panda solo considerará a aquellos sitios que ofrezcan contenidos de calidad, temas completos, tratados en profundidad, con una media entre 500 y 600 palabras por página, con una buena construcción gramatical y una excelente ortografía (¡por fin acabaremos con ese dolor que produce abrir una página sin comas ni acentos!). Ah, y actualizados con frecuencia y sin descuidar el diseño: Moderno, actualizado, cómodo…
Se acabó copiar el contenido de otros y llevarse el mérito. Se acabó hacer un post de tres líneas y plantar un vídeo sin más. Punto y final a las páginas llenas de anuncios en las que tienes que sortear media web para encontrar lo que buscabas. Adiós a los remakes de los temas propios, ciao a los textos pensados solo para SEO. Bienvenidos a la era del contenido, donde el usuario es el rey. Cuidadlo, mimadlo, escuchadlo y dadle lo que busca. Google, dixit.
Parece fácil, pero no lo es. No todo el mundo está preparado para dar la talla que ha marcado Panda. Ahora habrá que invertir en buenos profesionales capaces de generar buenos textos, capaces de desarrollar completas estrategias de contenidos. Y los periodistas, en eso (menos es nada), tenemos un poco de ventaja. Habrá que aprovecharla.