Por Eva Diz
(Este es el post de ayer, que llega hoy porque ando con los días estrechados, un tanto revueltos, en plena deconstrucción. Siento el retraso. No volverá a pasar y, si pasa, tírenme de las orejas)
Hablando como si fuera ayer, os diré que si lo que pretendíais con vuestros mensajes, vuestras llamadas y vuestros comentarios era subirme el ánimo… creo que os habéis pasado un poco.
Hoy (ayer para el lector ;-p) me siento capaz de convencer a Gadafi de que deje Libia con una pistola de juguete, capaz de alicatar el agujero de la capa de ozono, de lograr la reproducción masiva de las ballenas, de reescribir el Ulises de Joyce versión 2.0, de ganarle unas elecciones a Obama, de reparar Fukushima y hasta de acabar con la crisis sin moverme de mi casa.
He guardado todos vuestros comentarios multivitamina para leerlos en los días en los que no me sentiré tan capaz. Esos días malos, que seguro que vendrán porque es lo que toca, a los que pienso mirar de frente. Prometido.
Perder una oportunidad ya me ha dado otra: recordar la infinidad de gente maravillosa que he conocido durante estos 30 añazos que luzco y sentir el orgullo de saber que os tengo. Merci, again.