Por Eva Diz
SEO social: la era del contenido de autor. Creo que esta frase resume de forma muy gráfica los últimos cambios de algoritmos de Google y nos introduce en una nueva manera de hacer las cosas, allí donde la calidad manda, el tiempo importa y el esfuerzo vale dinero. Hace unos meses escribí sobre ello, sobre el SEO social según Google Panda, cuando Penguin no había siquiera asomado el pico pero ya se vislumbraba lo que podía llegar a ser la realidad actual del posicionamiento en Internet. Y, zas, sin casi darnos cuenta y en cuestión de 2 meses y medio, el pingüino de Google llegó con su frac impecable dispuesto a cambiar las reglas del juego.
Muchos son los que lo han notado. Sus posiciones en la primera página de resultados se han visto alteradas, algunos incluso las han perdido casi de golpe… Y las quejas reciben ecos por doquier y, también, críticas: dicen por ahí que el que cae con Penguin es porque ha estado jugando con fuego. Yo creo más bien que, simplemente, el que ha sufrido el castigo del pingüino es aquel que ha estado haciendo lo que hasta el momento funcionaba, pero no se dio cuenta (o no quiso ver) que algo más estaba pasando a su alrededor, que todo estaba cambiando.
Aunque la gente sigue buscando información a través de los buscadores, aunque sigue comprando fundamentalmente en las páginas web, los usuarios han cambiado sus hábitos y han consolidado una nueva forma de interactuar en Internet: las redes sociales. Crean, consumen, coparten, opinan, piden consejo, recomiendan… Ese es el nuevo Page Rank: ya no vale un simple enlace desde un sitio muy enlazado y relacionado con nuestra temática, sino que éste enlace debe ir acompañado de un engagement, de un sentimiento positivo por parte del emisor hacia nuestro contenido.
El nuevo Page Rank mira también los +1, los «me gusta», los RT, los favoritos y todo tipo de «share this» que nos encontremos por la web. El que no quiera verlo, que no mire, pero algo ha cambiado: hemos pasado del si te enlazan es porque eres bueno, al si te comparten es porque vales. Y poco hay más exigente que un prosumidor en Internet.
La nueva vía para estar los primeros en los resultados de los buscadores responde a esta nueva realidad que a muchos ha pillado desprevenidos. No es cuestión de abandonar la técnica y dejar el title de una página manga por hombro: no. Pero el SEO ya no camina solo y ahora pasa -más que nunca- por integrar su estrategia con las redes sociales. Para ello, el objetivo es conseguir que compartan y difundan nuestro contenido. Lograr ser reconocidos en las redes sociales por el valor de nuestro conocimiento o trabajo. ¿Cómo? El plan es relativamente sencillo de describir, aunque no tan fácil de alcanzar: crear contenido de referencia para ser un autor de referencia.
Bienvenidos a la era de las marcas personales, bienvenidos a la era del contenido de autor: bienvenido SEO social.
Crear una buena marca personal tiene su miga. Hay mil formas de lograrlo, cada uno tendrá que encontrar la suya, aquella en la que se sienta más cómodo y seguro. Pero hay un consejo que no falla: ten paciencia y sé constante, la red no se teje en un día.
Aquí os dejo algunos trucos que pueden ayudar si uno decide lanzarse a probar suerte en este nuevo mundo del SEO social, veréis que es más divertido y creativo de lo que a simple vista parece:
- Párate y piensa. Identifica qué tienes para comunicar, cuál es el mensaje central, qué recursos tienes, qué recursos puedes conseguir fácilmente, cuáles te costará más. Márcate un planning de actuaciones y estructura tu camino hacia la meta: conseguir que unan tu nombre a un trabajo de calidad.
- Trabaja todos esos recursos, la información, el tono, el estilo y crea una especie de guía que te permita ser fiel a unas pautas y llegar de forma clara al público que a ti te interesa. No conviene desperdiciar balas apuntado a todo aquel que se nos pueda poner a tiro. Mejor ser selectivos, cuidadosos y escuchar para realmente poder entender a nuestra audiencia.
- Llega el momento de darle forma a todo eso que tenemos. Es el momento del trabajo de calidad. Sé ambicioso, inconformista, cúrratelo. La gente está pidiendo a gritos calidad aunque los grandes productores de contenidos parece que a veces no escuchan: aprovecha, dáselo tú.
- Paciencia. Sí, insisto. Muuuuucha paciencia. La red no solo no se teje en un día sino que tampoco se hace con un solo contenido de calidad. Has de tener una producción constante (eso no significa crear 20 cosas buenas al día, ojo). La reputación hay que trabajarla, tiene que ser fruto de un esfuerzo: las trampas no están de moda (aunque en los tiempos que corren pueda parecer lo contrario).
- ¡Cuidado con las malas compañías! Como en la vida real, en la virtual también sirve el dicho de dime con quién andas y te diré quién eres. En fin, poco que añadir a la sabiduría popular, solo que lo tengáis en cuenta a la hora de enlazar y dejar que os enlacen.
- Contenido y calidad. Indisoluble. Volvemos a poner el acento donde nunca ha debido dejar de ponerse. No todo vale, se acabó el el contenido en formato churros, ha llegado el momento de los contenidos gourmet. El valor añadido que puedas imprimir a tus escritos, vídeos o audios son lo que realmente te van a dar branding y posicionamiento. Cuida cada detalle. Más vale poco y bien que mucho y recopiado. Innova, descubre.
- Las fuentes. Fundamental tener una buena información de fuente (de esto los periodistas sabemos un rato, aunque también esta faceta se haya ido oxidando con los años), busca fuentes nuevas, diferentes: ha llegado el momento de perderle el miedo al teléfono. Pide una entrevista, haz un trabajo de investigación. Tu objetivo: aportar algo a la red que valga la pena.
- Conectividad. Ten siempre presente que, ahora, la interacción con los usuarios es necesaria para tener un buen posicionamiento, que el contenido que los usuarios comparten de nosotros nos ayuda a tener una mejor posición, más solida y fundamentada. Por eso, al trabajar debemos pensar en que ese contenido debe lograr un +1 o un me gusta.
- Conversación. Difunde, conversa, comparte con otros y lo de otros: no vale con quedarse de brazos cruzados esperando a que sean os demás los que nos descubran y nos viralicen. Ahora nuestro trabajo tendrá que ser cada vez más social, abrir nuevos canales o utilizar mejor los que ya tenemos. La mejor forma de optimizar un canal social es que cada acción esté siempre encaminada a aportar algo a la comunidad en la que la realizamos. Ya sea divertir, entretener, informar, jugar, lo que sea.
- Todo esto te dará lo que realmente buscas: una red de prescriptores que, poco a poco, irá creciendo y te hará la vida más fácil. Ya no tendrás que venderte, tu trabajo se venderá solo, lo venderán ellos. Porque creen en ti, porque das algo que les aporta que les gusta, porque les dedicas tiempo. Y eso, hoy por hoy, no abunda 😉
¿Qué os parece? ¿Os animáis a probar?