Yo no quería… pero me han obligado. Así que, saliendo un poco del plan de contenidos marcado, aviso que voy a ponerme en modo madre para echar unos cuantos rapapolvos y airear los trapos sucios (sucísimos) que todos tenemos, en mayor o menor medida, sueltos por la red. Sí, queridos míos, toca bajar a la arena, remangarse los puños de la camisa y hablar de SEO local y de lo mal, pero que muy mal, que nos luce el plumero en Google a los que tenemos negocios pequeños, locales, sí, de esos de andar por casa (literalmente, al parecer y por desgracia).
Si eres de los que al leer el titular te has chispeado los ojos y te has preguntado que qué es eso de la presencia en Google My Business, tienes (DEBES) seguir leyendo porque te aseguro que después de pasearte por estas líneas tendrás mucho trabajo por delante y todo un carro de buenos frutos que recoger (eso sí, con la paciencia propia del que se dedica al SEO, incluso al SEO doityourself).
¿Qué es Google My Business?
La presencia en Google My Business es la madre del cordero del SEO local en un país como España, en el que el 90% de las búsquedas se realizan a diario (por cientos y miles) vía Google. Él, siempre él. Todo el rato él. ¿Quién si no? ¿Acaso cuando necesitas algo no vas directo a Google para chequear dónde está, cuándo es, cómo llegar, qué teléfono de contacto tiene…? Pues bien, como doy por hecho que la respuesta es sí (si buscas en Facebook, por favor, no dudes en dejar un comentario al respecto), no queda otra que entrar de lleno en el asunto: si tienes un negocio local y quieres que te encuentren, además de dejarte los duros en alquilar un local rebonito en alguna avenida importante de tu ciudad, tendrás que apuntarte a Google My Business.
Google My Business complementa el sitio web de tu empresa proporcionándole una identidad pública y presencia en Google. La información que facilites sobre tu empresa puede aparecer en la Búsqueda de Google, en Maps y en Google+.
Lo bueno (esto siempre hace feliz a un cliente) es que Google My Business es completamente gratis. Y ni siquiera es necesario que tengas página web, basta con que te inscribas en la plataforma que Google te ofrece y que en ella introduzcas todos (cuantos más mejor) los datos importantes de tu negocio: dirección postal, teléfono, fax, móvil, email, fotos de los productos y de tu local, horarios de apertura, rango de precios de tus servicios, tu web (si tienes)… Todo.
Con esa información, Google creará automáticamente un espacio personalizado para ti (bueno, para tu empresa), la ubicará en sus mapas, la señalizará debidamente y, cuando alguien haga una búsqueda del producto o servicio que tú ofreces, él la mostrará (sin necesidad de que pagues nada por ello) en sus páginas de resultados. Genial, ¿no? Pues aún hay más: no solo se muestra sino que se muestra de la forma más completa que jamás hayas imaginado: con mapa, rutas para llegar directamente desde la ubicación de cada usuario, el teléfono de contacto bien visible, las fotos de tu negocio, el horario… Y las reseñas y comentarios que otros clientes hayan querido dejar sobre tu negocio. Ahí, todo ordenado y bonito. Tanto que el porcentaje de conversión que tiene esta herramienta gratuita de Google es de los más altos que hay.
Bien, fin de la telepromoción. Pasemos a lo que realmente interesa: si es tan bueno, tan bueno, tan bueno… ¿Cómo he de usarlo? ¿Cómo creo una cuenta? ¿Cómo relleno el perfil de mi negocio?
Cómo usar Google My Business… y no liarla parda
Usarlo es tan sencillo como crear cualquier página de Facebook (y hablo de Facebook porque hasta el último primo segundo tiene cuenta en esta red social y no hay cliente que no dé la lata con el tema, aunque no le convierta ni le de ganancias jamás). Pero… La mayoría lo hacemos fatal de necesidad. Sí, reconócelo, tranquilamente, porque no eres el único. Hay mil. Y lo sé de buena tinta porque últimamente me paso más horas hablando con Google que con mi madre (y, creedme, a mi madre hablando le hacen sombra muy pocos).
Es más, aunque no sepas qué es Google My Business es posible hasta que tengas no una cuenta sino varias, que entre ellas choquen, que unas estén a medio completar, otras sin completar para nada y una completa casi del todo… porque es la que antiguamente era tu ficha de Google Places. He ahí el quid de toda la cuestión: Google My Business es simplemente un panel de control en el que Google ha unificado todas las herramientas que, gratuitamente, ofrece al usuario que tiene un negocio y desea que se visualice en su buscador. Hablo de Places, de Google Plus, Analytics y hasta de Adwords (existe una modalidad de Adwords Express de la que hablaremos largo y tendido y con la que se pueden hacer maravillas. Aquí ya sí, pagando).
Ahora lo tienes todo en un mismo sitio, ordenado (bueno, o esa era la idea) y con fácil acceso: basta con que introduzcas tu correo y hagas login y ya está, todo en una interfaz intuitiva y que se maneja en un par de clics. Rellena todos los campos posibles que te ofrece (incluso puedes customizar el nombre en la url, verás que te ofrece la opción una vez que tengas el perfil unos días activo y con una cifra mínima de visualizaciones) y no te equivoques porque cada cambio lleva su tiempo a la hora de que el algoritmo de Google lo vuelva a verificar e indexar.
Una vez introducida la información básica (dirección, teléfonos…) elige una categoría que represente a tu negocio o una aproximada, porque en esto los que aún tienen mucho trabajo por delante son los de Google, ya que algunas específicas no aparecen y tú no las puedes añadir. Marca tus horarios y, si no tienes, pon que estás siempre abierto. Piensa un buen eslogan que te defina y redacta brevemente en qué consiste tu negocio y por qué, entre todos los demás, es fantástico que te elijan a ti. Incluso, si lo deseas, puedes narrar un poco de la historia de tu empresa.
Luego, coges tu carpeta de fotos del local, las subes (te ofrece la posibilidad de arrastrarlas con el ratón y no tarda más de un microsegundo), puedes editarlas, segmentarlas por áreas del local (exteriores, interiores, fotos de equipo, fotos de producto…). Puedes crear, además, álbumes temáticos de eventos o de productos especiales,hacer actualizaciones diarias con ofertas o con los contenidos que desees, que luego se visualizarán en el buscador e incluso colecciones por temas para agrupar tus publicaciones, de modo que al usuario le resulte más cómodo encontrar exactamente lo que busca. Todo a tu gusto. También tienes una pestaña para tus vídeos (y es conveniente que puedas vincular alguno porque eso te conectará directamente con Youtube). La leche… Sí.
Y, aún así, la liamos
Todo muy bonito, muy facilón, muy 3.0… Pero, ¡ay! Los chicos de Google no contaban con nuestra especial destreza para crear el caos allí donde la paz reina. Y el estropicio es tremendo: conozco casos con más de 6 páginas de Google Plus diferentes, algunos que no recuerdan ni por asomo con qué email abrieron su Google Places y no pueden modificar ni un solo dato de su perfil, otros que han abierto tantos perfiles que lo de la personalidad múltiple a su lado parece una broma… Podría enumerar situaciones para una antología del disparate pero no es el caso, el caso es aprender y hacerlo bien. Y, si ya lo has hecho mal, solucionarlo. Cuanto antes.
Si tienes a alguien de mano que controle el tema, mejor: si ya la has liado parda, Murphy está a la vuelta de un clic, esperándote. Puedes intentarlo, pero hazte a la idea de que te llevará tu tiempo y de que tendrás que pelearte largo y tendido con el asunto para enderezarlo todo. Eso sí, te garantizo que el servicio de atención al usuario que te prestan en Google My Business te dejará asombrado. En el país de los movistares, oranges y vodafones, que alguien te responda a lo que necesitas y que te solucione lo que quieres solucionar en una llamada es canela fina. Y ellos lo son. Para mí, como de la familia ya.
Para cada caso, las tareas que tendrás que hacer son distintas. Por ejemplo -y vamos a lo más común-, en su día hiciste clic en el +Tu Nombre que te ofrece Gmail en tu cuenta, se te abrió un perfil de Google Plus personal pero como a ti, lo de personal nada, tú eso lo querías para tu negocio, hala, te pusiste manos a la obra a rellenar todos los huecos con los datos de tu empresa, allí donde te dejaba (porque, claro, no estaba muy enfocado al tema empresarial…). Pero uno tropieza en la piedra y disimula y tira palante. Liándola del todo. Porque luego te diste perfecta cuenta de que aquello del perfil personal como que no para el negocio. Además, alguien te comentó que con las páginas de empresa podías ver estadísticas y hacer muchas más cosas… De modo que, sumado al personal, te hiciste una página de Google Plus para tu negocio. Bien. Ya van dos. Cada una con un nombre (porque no se puede repetir, evidentemente). La rellenaste a medias porque pensabas terminarla otro día que nunca llegó.
La historia no termina ahí. Porque el chico que entró en recepción o administración dijo que no le importaba gestionar las redes sociales de la empresa y, por supuesto, no le diste tu email y tu contraseña ni le hiciste administrador (eso qué eh lo que eh?) sino el mail general de contacto o, incluso el suyo propio o, por qué no, uno creado ad hoc. Zas, tres paginitas bonitas. Otro nombre distinto, cada vez más alejado del real. El pobre, con toda su buena intención, hizo lo que pudo y fue actualizando algún que otro día… pero, jo, qué aburrido esto del Google Plus donde nadie dice nada, mejor me centro en Facebook (sí, vuelta a Facebook otra vez y al SEO, las risas).
Places, Maps y toda la pesca
Ah, pero mira tú que, para rizar el rizo, un día descubres que Google Maps, que luego fue Places (¿o era todo lo mismo?), ahora va y se une con Google Plus y tú, no sabes muy bien cómo, te abriste el perfil de Places con otra cuenta que, o no recuerdas o nada tiene que ver con ninguna de las que utilizaste para el Plus… Total que, con la de Places, ya tenemos la cuarta página en discordia que, encima, es la más importante, no la puedes conectar ni actualizar y es la que más se ve en el buscador. Fail. Absoluto.
Entonces llego el SEO (que has contratado ya en modo desesperado y al que sigues mirando con cierto recelo), se encuentra con el jaleo y se pasa las horas intentando arreglar el entuerto, abrasando a Google a incidencias y llamadas, tratando de borrar el rastro del delito, unificando, reparando, verificando y eliminando y vuelta a empezar porque, de verdad, que esas páginas se reproducen como esporas. Total que, al final, se arregla. Le dais vida a las reseñas, actualizáis a diario, ponéis las mejores fotos, compartimos enlaces directos a la web y al blog, creáis colecciones temáticas, abrís una comunidad, segmentáis seguidores por círculos, personalizáis la información… Y, un par de semanas después, ves como las visitas a la web y las llamadas empiezan a subir como la espuma. Y todos somos felices y comemos perdices. O algo por el estilo.
PD: Lo cuento así, con la risa floja, pero conviene prestar mucha atención a este punto si realmente quieres sacarle partido a tu negocio y capitalizar todo el potencial que te ofrece Internet. Hacer las cosas con cabeza, poco a poco y siempre con pies de plomo es fundamental para evitar luego tener que desandar lo andado. Porque no siempre se puede borrar del todo la huella de la catástrofe.
Respecto a la gestión de Google My Business hay mucha leña que cortar y las posibilidades, de verdad, son muchísimas. No lo pierdas de vista. To be continued 😉