¿A quién pertenece el perfil de Twitter de un periodista?

Marca personal, Authorship de Google, contenidos de autor… Todo muy interesante pero, a la hora de la verdad, ¿eres realmente el dueño de tu marca personal o es tu empresa la que te ha «pagado» esa marca y, por tanto, es suya? ¿a quién pertenece el perfil de Twitter de un periodista (o de cualquier trabajador, ya que estamos)? ¿Debes renunciar a ese perfil cuando cambies de trabajo? El debate lleva meses en la red y las voces se multiplican al respecto. Con respuestas para todos los gustos.

Perfil twitter periodistas

Ya veis que, a pesar del lapsus (totalmente involuntario) del último mes, me permito retomar el hilo allí donde lo habíamos dejado: debatiendo sobre la mejor forma de desarrollar una estrategia de marca personal en Internet para los que nos dedicamos a esto de la generación de contenidos ya sea como modo de vida o como afición.

En este mes de ausencia, muchos habéis compartido vuestras dudas y opiniones (gracias por alimentar el debate y enriquecer este espacio con vuestras aportaciones) sobre la marca personal en Internet. La mayoría coincidís en que, efectivamente, es el momento de hacer algo a este respecto.

Los medios de comunicación están empezando a verle las orejas al lobo y tratando de cerrar a los periodistas la posibilidad de aprovechar su trabajo y el potencial de las redes para hacerse un nombre propio. Su objetivo es mantener lo que había hasta ahora: que todo lo que haga el periodista redunde única y exclusivamente en la marca del medio para el que trabaja.

twitter plataforma noticias

La situación me recuerda peligrosamente a ese murmullo que siempre se ha mantenido latente en las redacciones, algo así como: tienes que dar las gracias porque te dejamos escribir aquí. Gracias a este medio, tú eres lo que eres… Vamos, que lo lógico sería que ni siquiera nos pagaran por trabajar sino que deberíamos alquilarles directamente los espacios para poder escribir las noticias que -no nos equivoquemos- a los jefes les interesan. Y con esa historieta, nos han ido camelando a todos porque, en la mayoría de los casos, somos de esa opinión de que como me gusta mi trabajo, quiero hacerlo bien me paguen lo que me paguen (aunque me paguen una mierda).

El panorama era (y sigue siendo -o aún lo es más-) jauja para los propietarios y directores de medios. Y, con el afán de mantener intacto su feudo, cada cierto tiempo se ven intentos de monopolizar la nueva realidad. El caballo de batalla, ahora, son los perfiles en redes sociales de periodistas y, en general, su presencia en la web.

Los medios llevan meses sugiriendo, recomendando (y, en algunos casos, obligando directamente) a aplicar sus líneas editoriales en los perfiles sociales de sus trabajadores. Los más blandos animan a sus periodistas a mencionar expresamente en su información de perfil personal que esa cuenta de Twitter, Facebook o Google Plus es de un trabajador de ese medio… o a callar para siempre. ¿Y qué implica eso? Pues que desaparece el carácter de perfil personal y libre que se les presupone (para eso se crearon inicialmente) a dichos perfiles. Aunque tengan nombre propio, son perfiles a sueldo, que nadie se lleve a error.

Twitter para periodistas

France Presse, la Agencia EFE, El Mundo… hay casos para todos los gustos y el debate, una vez más, está servido. Un debate que, en mi opinión, entronca directamente con la eterna cuestión que ya se apuntaba arriba: ¿uno es periodista porque trabaja en un medio y es este medio el que le hace serlo o uno es periodista porque está preparado y formado para ello y lo ejerce ahora en este medio pero podría ejercer en cualquier otro?

Creo que hay un poco de las dos vertientes y que hasta la aparición de Internet y su web 2.0 la primera opción era la única viable. Uno solo podía ejercer como periodista si pertenecía a un medio de comunicación ya que los medios oficiales eran la única vía para publicar aquello que el periodista investigaba. Hoy todo eso ha cambiado y ya no tengo tan claro que uno necesite pertenecer a la plantilla de un medio de comunicación para ejercer como periodista

En otras ocasiones, en las que comentamos la situación del periodismo y Twitter, se mencionaron buenos ejemplos de cómo un grupo de periodistas puede renunciar a entrar en la rueda de los medios oficiales y crear su propia plataforma de información: Infolibre, eldiario.es, periodismohumano o los cientos y cientos de blogs de periodistas que llenan la red a diario de buena información, textos de calidad y temas con perspectivas interesantes. Ole por todos ellos, por los grandes y los que aún acaban de empezar, porque están contribuyendo a crear el medio de comunicación más grande del mundo: Internet.

Por suerte, muchos periodistas han levantado su voz en protesta y, o bien han creado un segundo perfil estrictamente profesional para utilizar como una herramienta más de su trabajo, o bien  han  borrado de su cuenta toda alusión al mismo y explicitan en su información de cuenta que ésta se trata de un espacio de opiniones únicamente personales.

En el primer caso, creo que las duplicidades, por muy distintos que sean los perfiles, nunca son buenas: contribuye a crear cierta confusión entre los seguidores y, además, es necesario tener tiempo para atender a ambos perfiles. ¿Los sábados y domingos para el perfil personal y el resto de la semana para el del periódico? No sé si lo veo, la verdad. No obstante, al menos esa sería una estrategia sincera y transparente con el lector: que nadie confunda tus opiniones con la línea editorial que tu medio te marca como trabajador. Un buen ejemplo es el caso de EFE, que ha solventado el problema prohibiendo a sus periodistas dar alertas vía Twitter, ya que este es el trabajo por el que la agencia les paga, e indicándoles la necesidad de diferenciar bien sus cuentas personales de las profesionales.

Seguro que muchos de los que ahora estáis leyendo este post os habéis encontrado ante una de estas situaciones en las que vuestros jefes os dicen que esto o aquello que publicasteis en Twitter como que no (yo conozco personalmente a unos cuantos) y que tendréis vuestra propia forma de verlo. Os invito a compartirla y a alimentar un debate que puede ayudarnos a fijar una posición ante un futuro que ya es, a mi juicio, el presente.

Para todos aquellos a los que el debate les pille desprevenidos, aquí una pequeña selección de enlaces que pueden ayudar a ver cómo está el patio 🙂