Más de un año. Tiempo suficiente para que ahora mismo ni recuerdes por qué te habías suscrito a este blog, ni quién soy o qué narices hago. Normal: tengo que admitir que durante estos meses olvidé por completo que tenía este espacio abierto y abandonado. La vida. Ya sabes. Te vas haciendo mayor y no sabes muy bien cómo las horas son más cortas y el día te da para poco más que para sobrevivir a las obligaciones y las rutinas.
Aún así, un día, zas! Te despiertas un domingo un poco más temprano y la memoria hace clic. Tecleas la dirección de ese blog y ahí estás, tú y tus historias. Luchas durante una media hora para recordar tu contraseña y cuando estás a punto de perder la paciencia: bienvenida de nuevo, Eva, hace mucho que no te teníamos por aquí.
Cierto. Os debo una disculpa. Pero os garantizo que ha habido muchas razones. Algunas muy buenas, otras no tanto. Excusas de las de verdad, de esas que no hace falta que te inventes para contarlas. Personales y, sobre todo, laborales. Quizás algunos recordéis que una compañera y yo nos lanzamos a montar una agencia de marketing de contenidos en plena efervescencia de crisis y paro generalizado. Bien: lo hicimos. Ahí estamos. Ahí seguimos. Dos periodistas que, tras cursos, recursos, masters e infinidad de situaciones de ensayo – error, conseguimos lo que aún hoy nos cuesta un poco creernos: vivir de nuestro trabajo y esfuerzo. Vivir haciendo lo que nos gusta.
Por si alguno estáis en esta fase, lo habéis estado o lo vais a estar, he pensado que, quizás, nuestro viaje os sirva de ayuda, de ánimo y de fuerza para seguir. Porque, por experiencia, sé que no es nada fácil.
Hay que admitir (y advertir) que ese intento de supervivencia nos ha quitado unos cuantos años de vida, demasiados veranos sin vacaciones y picos de estrés que han logrado hacer tambalear hasta las convicciones más profundas. Tenemos bastantes mas canas, arrugas y ojeras fruto de múltiples etapas de «sí pero no», de «mira, hasta aquí», de «total, esto para qué», de soledad e incomprensión. Etapas, también, de echar mucho de menos la profesión, de ver como el periodismo tal y como lo soñamos alguna vez se desmoronaba e iba dejando de tener su sentido.
Ahora, 5 años después de estar subidas en esa montaña rusa, 5 años en los que hemos recibido muchísimo apoyo -tanto de familia como de amigos y compañeros- seguimos todavía rascando tiempo de donde no lo hay para poder compaginar vida y trabajo. Pero lo hacemos desde la seguridad de que lo hemos hecho bien y de que todas esas dudas, todos los problemas y las horas y deshoras invertidas han merecido la pena. No sé si es el caso de muchos de los que ahora mismo estáis tras la pantalla, muchos de los que habitualmente os pasabais por aquí (contadme, contadme!) y que estabais en esa encrucijada de seguir por cuenta ajena en algo que ni fu ni fa o montárselo por uno mismo. Mi caso, la verdad -y por ahora- es una historia feliz.
Como agencia de marketing de contenidos, Zinkfo ha crecido y ya no es el bebé llorón de los primeros tiempos. A veces sigue llevándonos a extremos y a zonas de muy poco confort, pero hemos conseguido cierta estabilidad. Nos hemos embarcado en proyectos muy interesantes, muy exigentes y otros que han tenido menos recorrido, pero de todos ellos hemos aprendido mucho y seguimos aprendiendo. Actualmente, ya no somos @madammerox y yo solas ante el peligro: contamos con Victoria Grima, excelente profesional y mejor persona, que maneja a la perfección la generación de contenidos para blogs de clientes y la gestión de medios sociales; tenemos la imprescindible ayuda de Fuster, que se ocupa del departamento de diseño gráfico y web; y, hace solo un par de meses, se ha incorporado Albert Bonnin, fotógrafo, amigo y experto en gestión audiovisual.
Sí, el «equipo sandía» crece -si entras en nuestro Instagram o en Facebook entenderás perfectamente por qué nos llaman así- y pretende crecer aún más, siempre con calma y pisando sobre terreno firme. Si algo hemos aprendido de esta trayectoria es que las prisas no traen nada bueno y que todo requiere su tiempo (sí, te lo dice una SEO 😉 ).
¿Cuál ha sido el truco para empezar una agencia de comunicación online en plena crisis y sobrevivir a ello?
Pues supongo que hay muchos. Yo te puedo contar los nuestros, pero cada proyecto, dentro de su contexto y de acuerdo con su equipo humano, debe encontrar los suyos. Para nosotros ha sido clave algo que considerábamos una carencia real en todas las agencias y marcas que prestan servicios. No sólo dentro del marco del marketing digital sino en todos los sectores: el consumidor, el cliente, el que paga se siente muy a menudo abandonado después de pagar el servicio.
En Zinkfo, era y es prioritario el cliente. Aunque no siempre tenga la razón y, por supuesto, no se la demos. Pero todo gira en torno a él. Se diseñan planes de contenidos para blogs, webs y redes sociales (textuales y audiovisuales) que se les envían con margen de antelación a su publicación para que puedan revisarlo, para que sepan qué se va a publicar en su nombre y así puedan sentirse tranquilos y cómodos. Se realizan informes periódicos de posicionamiento bajo su petición expresa, se envían reportes de monitorización y se proponen mejoras para el proyecto ajustadas siempre a las posibilidades de inversión de cada negocio.
En definitiva, aquello que siempre se dice de mantener una postura de escucha constante sobre tu audiencia, pulsar lo que necesitan antes de que se den cuenta siquiera de que lo necesitan. Ésa es una de nuestras claves. Y funciona. Muy bien, además.
Más allá del cliente, en Zinkfo también realizamos mucha «escucha interna». Hacemos reuniones semanales y nos desmontamos a nosotros mismos. La autocrítica es fundamental, igual que también lo es el tener muy presente la contabilidad y analizar las posibilidades de servicios para prestar como novedad en el futuro. Fruto de ese mirarse a uno mismo, lo que empezó como una agencia de dos periodistas que empiezan a manejarse en el mundo del marketing digital ha cambiado mucho.
Antes ofrecíamos básicamente SEO (auditorías, SEO ON Page y OFF Page, estudios de competencia y Keywords e informes de tráfico de calidad), gestión de redes sociales centradas en publicaciones eminentemente textuales y redacción SEO de artículos de interés para blogs corporativos. Pero el marketing digital evoluciona rápidamente y vimos que esas acciones entendidas como bloques cerrados no tenían la misma efectividad que si los trabajábamos de una manera global, en conjunto. Así, empezamos a profundizar en las estrategias de marketing de contenidos desde una perspectiva más amplia.
Nuestra apuesta actual es brindar un servicio integral de marketing online a cada cliente: nos dimos cuenta que lo complicado es el primer mes de empezar con una nueva marca o negocio. Hay que invertir mucho, muchísimo tiempo en comprender sus valores, sus procesos de trabajo, conocer a su equipo y coordinarse con él, entender sus necesidades, sus posibilidades y escuchar a sus clientes. Una vez hecha toda esa labor de inmersión, es cuando empiezas a sentirte cómodo y a ser realmente productivo. Y eficaz. Por eso, nunca nos embarcamos en proyectos que duren menos de 6 meses, tiempo que consideramos mínimo para poder implantar una estrategia de marketing digital y ver datos fiables de las acciones pactadas con el cliente.
Los mejores proyectos con mejores datos son aquellos que hemos logrado desarrollar de forma global, manejando directamente todas las herramientas online necesarias para crear una buena reputación de la marca y una potente visibilidad de la misma en Internet. Los clientes, es cierto, suelen llegar con una necesidad concreta, pero inevitablemente acaban creciendo con nosotros hacia una estrategia de trabajo mucho más completa. Esto, no obstante, no sería posible sin los enlaces que tenemos en cada una de las empresas con las que colaboramos. En algunos son los responsables del departamento de Marketing, que son como una parte más de nuestro equipo y cuyo aporte y valor es incalculable a la hora de hacer las cosas bien. En otros son los propios responsables de la empresa los que se involucran y dedican esfuerzos con nosotros a tratar de alcanzar los objetivos marcados. En todos los casos, sin ellos sería imposible.
Así que, otra de nuestras claves de supervivencia podríamos decir que ha sido la implementación de una visión global en todos los proyectos. Y, por supuesto, el entender que, a pesar de ser agencia externa, somos parte del equipo de la empresa que nos contrata y, en esta medida, debemos entender sus objetivos como nuestros.
A todo ello, hay que añadirle algunos que otros dramas: aprender a presupuestar tu trabajo (esto, lo sé, da para otro post, ¡¡prometido!!); aprender a ceñirte a lo presupuestado (aún estamos en ello, porque cuando a uno le gusta lo que hace…y lo quiere hacer bien, pues siempre se pasa de revoluciones); fijarte y cumplir un horario laboral y dejar tiempo dentro de él para pensar y analizar los proyectos con distancia; enseñar al cliente por qué se hace lo que se hace y por qué necesita hacerlo; estar siempre alerta: renovarte o morir.
Confieso que lo del horario todavía no lo tenemos muy controlado: tener una pyme o ser autónomo en este país es lo que tiene (y esto también da para un buen puñado de posts). Más a menudo de lo que nos gustaría las necesidades del cliente y nuestra voluntad por trasladarles que estamos siempre ahí nos obliga a pecar de excesos. Eso es mal. Muy mal: hacer jornadas de trabajo de 12 horas no te va a salvar de nada, al contrario, acabarás cometiendo tantos errores que eso será lo que, en realidad, acabe viendo el cliente de ti, eclipsando tu esfuerzo. La dedicación bien entendida no tiene precio. De verdad.
Por ello, y aquí va la última clave de cómo montar tu agencia de marketing online y no morir en el intento, es fundamental que los canales de comunicación con tu cliente no invadan tu vida y tu tiempo personal: ciao Whatsapp, salvo para avisos urgentes. El email debe ser el espacio en el que se centralice la conversación, en el que se reciban los materiales, en el que se queden fijados los marcos de colaboración y las tareas acordadas, las nuevas peticiones y las necesidades de última hora. Todo en un canal que te permita organizar directamente la información y te permita tener un control real sobre ella. Y, sobre todo, te deje vivir un poco cuando por fin, al terminar la jornada, bajas las barreras y te vas a casa. Todo lo demás, no está pagado.
PD: Estoy de vuelta, espero que para quedarme si las rutinas me lo permiten. No os olvidéis de que el espacio de comentarios es vuestro, para todos los que queráis aportar o directamente llevarme la contraria. Sed buenos 😉