Las buenas sorpresas

Por Eva Diz
Esta semana he escrito poco. Lo sé y lo siento. Pero la realidad, a veces, nos atrapa demasiado y no nos deja ni un instante para respirar. Hoy me he escaqueado y aquí me tenéis tratando de robarle un hueco al tiempo, intentando quitarme con arte las legañas de una noche muy larga y pensando, pensando, pensando… cuando, la verdad, es que debería estar estudiando para un examen.

(Venga, un post rápido).

Hoy es día de reflexión y quiero sumarme a toda esa gente que ha decidido decir basta, que ha dejado claro que no somos tontos: estamos aquí señores, no hagan como si no nos vieran.

Ha sido una buena sorpresa. Una gran noticia: no todos estamos anestesiados en este país.

Desde hacía tiempo el rumor de una queja estaba en boca de todos, pero muy pocos nos atrevimos a movilizar ese mal cuerpo que se nos estaba poniendo. Por mucho que me pese, no fui yo la que salí a la calle y me cagué en todo a pulmón abierto. Y aunque tengo la conciencia tranquila de saber que practiqué la lucha desde los pequeños círculos, no tuve el empuje que han tenido otros: #nolesvotes o @democraciarealya, nombres detrás de los cuales -al menos aún por ahora- estamos todos. Hasta los que llegaron más tarde. Sin siglas, sin partidos, sin hipocresía, sin falsas promesas. Es la #spanishrevolution, el #notenemosmiedo, ya no.

Estos días en la calle se ha visto un ejemplo magnífico de organización y convivencia. Se han puesto en marcha pequeñas acciones en todas las plazas que han reflejado que, con un poco de esfuerzo y pensando en la comunidad, un mundo mejor es posible: ayuda y cooperación, con servicios de guardería y hasta bibliotecas populares para aprender y pasar el rato al sol.

Y la mejor sorpresa de todas, la gran sorpresa: ver que la gente piensa, crea, colabora y disfruta. Que la genialidad de cada individuo a tomado la calle para ponerse en común y dar luz a un río de buenas ideas, de grandes esperanzas y mejores intenciones.

No importa si mañana este grito no tiene reflejo en las urnas: Roma no se construyó en un día. Lo importante es que nos hemos quitado el letargo de la piel. Ánimo a todos. Y que lo voten bien.