Por Eva Diz
Hoy he recibido un premio. Uno que de esos de los que te hacen sentir realmente orgullosa porque quien te lo da, de verdad aprecia y valora lo que haces. Sin buscar la foto, sin pedir nada a cambio. Sin que ni siquiera lo conozcas… Ese desconocido altruista, en mi caso, se llama Cristina y todo lo que sé de ella, lo he leído. No la conozco en persona, solo en letras. A ella, mis más sincero agradecimiento, no solo por el premio, sino por Comunicar en tiempos inciertos, por sus debates, sus perspectivas y sus pensamientos que, tantas veces, comparto: Desde hoy este blog lucirá siempre, bien alto, su Liebster Blog Award.
Muchos os preguntaréis que qué es eso del Liebster Blog Award. Pues, bien, se trata de un premio online, parece ser que de origen alemán, que busca dar un impulso a todos esos blogs que, post a post, aportan algo a la comunidad internauta. Como dice Cristina, es el galardón que reconoce el merito de los “pequeños grandes” blogs, esos que, como este diario, llegan a pocas personas, pero que se hacen con todo el cariño del mundo y con la intención de ofrecer contenido interesante que pueda contribuir a crear una red cada día mejor.
Abrir un blog es como estrenar una libreta nueva. La sensación de libertad es inmensa y al principio discurre sin esfuerzo por el espacio en blanco, casi por necesidad. Yo abrí mi diario porque necesitaba escribir, porque necesitaba hablar y porque necesitaba que alguien me escuchara. Muchos habéis sido durante este tiempo (un año hace justo un par de meses) mis lectores en alguna ocasión -para los asiduos tengo un pedestal en mi despacho- y espero haberos entretenido, ayudado u orientado en algún sentido por este mundo de bits y crisis en el que estamos inmersos. Pero según pasan las semanas, la vida se complica a veces y es fácil encontrar una excusa para rendirse y pecar: Hoy no podré hacer el post, hoy no tengo tiempo… Escribir no es tan sencillo como parece si lo que quieres es contar algo relevante o mínimamente interesante para el que lo lee. De eso sabemos un rato los periodistas (algunos más que otros), pero todos lo hemos sufrido alguna vez cuando llega agosto y hay que buscarse la vida para llenar todo ese vacío que dejan los cacareos políticos en época de vacaciones.
Por eso, un premio de un lector se merece un post (¡no! ¡qué digo! todos los post del mundo), porque es el estímulo necesario para seguir escribiendo. Como cada comentario (gracias Roberto, gracias mi querida goma elástica, gracias a todos los que os pasáis por aquí y alimentáis el debate y me animáis la conversación: Sois lo mejor de este diario).
Así que nada, ahí queda la promesa de que seguiré por esta bitácora, dejando caer alguna que otra idea sobre la red, el periodismo y la vida. Y ahora, a los ganadores del premio nos toca, además de mantener el blog actualizadito, otorgar el premio a otros 5 bloggers que, post a post, hayan sabido darnos eso que a menudo echamos en falta: Buen contenido o un poco de inspiración. Espero que a todos ellos, como a mí, este pequeño detalle les anime a seguir escribiendo 🙂
Una realidad (in) visible, de Laura L. Ruiz. Por hablar de esa realidad que hemos olvidado mirar y que tantas miradas necesita.
EnREDada, de María José Carmona. Por sus reflexiones sobre el periodismo, sus ganas de escribir y por su ausencia demasiado prolongada ya: Esperamos que la excusa sea realmente buena 😉
La goma elástica, de Ana Cubillo. Por ese rincón en el que grita, cuenta y comenta la realidad que nos ha tocado vivir desde una perspectiva 2.0.
Perrodismo, de Alberto Magro. Mi santo. Por hacer y defender ese periodismo que cada vez hace más falta y cada vez se lee menos.
Muralyart, de Sonia Larraz. Por tener el valor de lanzarse al mundo del emprendedor con la que está cayendo, por apostar por las nuevas tecnologías y por tener tanto arte con los pinceles como con las teclas.