¿A qué se refieren cuándo hablan de la importancia de una buena arquitectura web para el SEO? Pues a lo mismo a lo que se refieren cuando hablan de una buena arquitectura para una casa o un edificio: se trata de los pilares de la misma, el elemento fundamental que condicionará toda la esencia del sitio, desde cómo nos movemos por él a la facilidad que tendremos para encontrar las cosas, llegar a todas partes y sentirnos a gusto en él.
La arquitectura web es el segundo pensamiento que debe venirte a la cabeza si has pensado montar tu negocio en Internet o quieres, simplemente, tener una adecuada presencia online. Lo primero lo comentamos el otro día y es pensar que para posicionar se ha de pensar en aplicar una estrategia SEO desde el nacimiento mismo de la web. Este orden de las cosas te permitirá lograr una web mucho más lógica y navegable, no solo fácil para los usuarios potenciales del sitio sino para los robots de los buscadores que lo revisarán y lo incluirán en el índice de cada buscador de la forma que más te interesa. Es decir, alineado con las búsquedas más relevantes para las que quieres aparecer en la lista de resultados.
Diseñar una arquitectura web sólida es una ventaja añadida para poder desarrollar una correcta optimización de la página y obtener un mejor posicionamiento en buscadores: si no organizamos bien la web es muy probable que haya páginas de la misma a las que llegar será más difícil. Además, es importante pensar que en estos casos no vale un «eso lo solucionamos con un buscador dentro de la página» porque, si bien el buscador interno es una herramienta muy interesante y práctica para los usuarios, no le sirve de nada al robot de Google pues éste no puede realizar búsquedas y solo navega por el sitio web a través de enlaces.
Toda aquella página que esté a un nivel muy profundo (a varios clics de distancia de la Home) necesitará más de un enlace interno que lleven al robot del buscador hasta ella. Por eso es importante tener una arquitectura adecuada en la que todos esos enlaces y conexiones entre páginas se puedan entender y hacer una navegación más sencilla para todos.
Existen varios tipos de estructuras o arquitecturas web. Eso no quiere decir que elegir una u otra suponga ya renunciar a éste o aquel diseño (no panic!). Lo que se ve en una web puede ser muy atractivo pero la arquitectura puede ser peor que un dolor de muelas, lo que hará que nos vayamos del sitio antes incluso de llegar a pestañear. Y viceversa. Lo ideal es cuadrarlo todo. Es cierto que un buen traje puede hacer lucir hasta a un mal cuerpo, pero imagina darle un buen cuerpo a ese magnífico traje. No, no hay color. Exacto.
Dentro de los distintos tipos de arquitectura web que se manejan habitualmente hoy en día el menos flexible es la denominada arquitectura web vertical, donde las páginas se organizan con un gran nivel de profundidad, una tras otra, desde la home hasta la última sección y página de producto. En esta arquitectura, las páginas que conforman la web están muy poco conectadas entre sí, de modo que para llegar a la última página de una sección solo tendremos una vía de hacerlo y, de no tomar esa, la página no la encontraremos jamás o, directamente, nos veremos en una vía sin salida.
Más versátil es la que se conoce como arquitectura web plana, en la que todo está a u máximo de 4 clics de la home. Quizás no lo hayas pensado nunca pero… ¿cuántas veces haces más de 4 clics seguidos para encontrar en una web lo que buscas? Pues eso. Somos unos auténticos vagos, así que es mejor no tentar a la suerte y que nos lo pongan lo más fácil posible si quieren que nos quedemos, ¿no?
En esta línea, la arquitectura web plana cumple bastante bien esa función ya que nos pone todo a mano, a solo 3-4 clics de distancia. Esto es una ventaja también para el robot del buscador, que podrá recorrer la web mucho más rápido y de forma más efectiva. Lo que se ha de tener en cuenta es que, aunque esta arquitectura permite entrelazar las páginas de toda la web mucho más, no se debe exceder la cifra de enlaces y solo incluir los que realmente aporten algo al usuario en su navegación.
El tercer tipo se llama arquitectura web en red porque todas las páginas están conectadas por varias vías ofreciendo una navegación muy poliédrica y dando al usuario todo tipo de caminos para que llegue a las diferentes páginas que integran el sitio web. Es, a simple vista, definitivamente más compleja, pero, en realidad, en muchos casos es una derivación de una arquitectura web plana a la que hemos interconectado los niveles más profundos de la misma entre sí.
A la hora de llevar a cabo la arquitectura de la web deberás tener en cuenta otro aspecto fundamental para el SEO, la definición de tipologías de búsqueda a las que puede aspirar tu sitio (¿para qué te buscaría un usuario? y ¿cómo lo haría?) y de las palabras clave para las que posicionarías cada página de producto/sección/subsección/home. Hablamos de taxonomía. Pero esa historia la dejamos ya para la próxima cita 😉